José Luis Balbo

Viajé a Castellón por motivos laborales, donde tuve que reunirme con algunas personas, pero sobre todo tenía un encuentro con Antonio, de quien sabía, aparte de sus actividades empresariales, que nos unía una gran pasión por los autos, más particularmente el gusto por Ferrari.

Antonio aparte de ser una gran persona y empresario, lleva adelante el Club Ferrari para España y Portugal, entonces después de unas cuantas horas charlando sobre negocios, era inevitable que llegáramos a hablar de autos, lo que yo no podía imaginarme que íbamos a terminar a última hora probando una de las Ferrari que tiene.

Efectivamente, ya entrada la noche y después de compartir unas cuantas horas de amable charla sobre negocios y posibilidades a realizar, me empezó a contar todas sus experiencias al frente del club de tan prestigiosa marca, de los eventos que organizan, las reuniones, los viajes y me empezó a mostrar fotografías, revistas y detalles de la marca.

Luego fuimos mas allá, me invitó a bajar a su garaje donde tiene obviamente sus autos, entre ellos no podían faltar dos clásicos de la marca una Ferrari F355 y una F430.

Obviamente les hice una mirada en toda regla de los detalles de cada una, mientras charlamos sobre los elementos con que están contraídas, la fabricación, abrimos el motor, lo normal en unos entusiastas de estas obras de arte rodantes. Luego Antonio insistió en dar arranque a la F430, a lo que le respondí que no se molestara, pero insistió y además como mayor sorpresa me invitó a que fuéramos a probarla, evidentemente no quería molestarlo, pero su insistencia fue creciendo, hasta que nos vimos por las avenidas de Castellón probando la Ferrari.

No creo que pueda describirles las sensaciones que se sienten en semejante auto, el motor suena como la mejor sinfonía mecánica, similar a un F1 pero obviamente de menor cantidad de revoluciones. Como para no disfrutarlo, si uno va sentado delante del motor, con solo mirar hacia atrás puede verlo, con los cambios de levas secuenciales en el volante, las aceleraciones, la frenada, agilidad, todas las reacciones del vehículos son de un autentico pura sangra de competición.

Debo agradecerle a Antonio su amabilidad por permitirme este lujo de disfrutar de su auto y agradecerle además hasta haberme hecho las fotos antes de salir a probarlo.

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