José Luis Balbo

El tango habla de veinte, pero en este caso son diez los que pasaron de aquel día lejano que me encontró en esa posición que de chico muchas veces veía estos actos de juramento que poco entendía, y ese día el que tenia su mano en la Biblia era yo.

La responsabilidad era mucha, tenía ante mí un desafío profesional y personal muy importante y pasaría dos años muy transcendentes en mi vida.

Debo agradecer claro está a la confianza depositada en mi por el entonces Intendente (Alcalde) Miguel Ángel Veglia, quien creyó en mi para semejante responsabilidad, mas allá de (algunas veces) nuestros diferentes criterios, formas, creo cumplí con creces su cometido. No era para menos, un municipio con un presupuesto en ese entonces de 25 millones de dólares, es decir, que pasaba por nuestra área el manejo mensual de 2 millones de dólares. La libertad que tenia en el manejo de mi area era absoluta, de todos los recursos, humanos, económicos, etc., para tomar decisiones, introducir cambios, determinar objetivos; realmente espero alguna vez contar con otra oportunidad semejante en una empresa pública o privada, porque es la mejor forma de demostrar lo que uno es capáz de lograr con total libertad de manejo.

Los tiempos no eran sencillos, luego de haber transparentado algunas irregularidades que me tocó destapar, reconducir la deuda, aumentar la recaudación, mejorar la administración y todo con solo un par de años porque sabíamos que el 10 de diciembre de 1.999 deberíamos irnos, el gobierno llegaba a su fin.

Muchas cosas se dijeron, escribieron por entonces y luego en el tiempo, considero que el silencio y el tiempo pone a cada quien en su sitio, pero nadie puede negar la transparencia, responsabilidad, dedicación esfuerzo y sacrificio con el cual tomamos las riendas de esta administración, porque ante esta situación quien enfrenta semejante responsabilidad, aparte de un grado diría de inconciencia tiene mucha valentía, sin miedo a “mancharse” porque mas lo está aquel que sabiendo calla, oculta o actúa deslealmente.

No me voy a olvidar de ese maravilloso grupo de jóvenes profesionales que me tocó conducir, obviamente que sin ellos hubiera sido imposible afrontar esta responsabilidad, esa fue mi única condición, la designación de mis colaboradores, realmente fue un gusto y una enorme experiencia de aprendizaje cotidiana, de la cual nos superábamos día a día y entre todos enriquecimos nuestro trabajo en equipo y la forma en que se lleva una administración de semejante envergadura, prueba de ello es que muchos de nuestros cambios siguen vigentes hoy en día, como por ejemplo el sistema informático de contabilidad por partida doble en la administración municipal que implementamos por entonces, todo un adelanto para la época.

Muchos son los recuerdos que me vienen a la memoria, buenos y malos momentos, pero de todos ellos aprendimos y supimos enriquecernos personal y profesionalmente, fue una verdadera demostración para mi que por mas difícil que sea la meta todo se puede conseguir y se puede demostrar a mucha gente como deben hacerse las cosas, de esta forma entregamos nuestro legado, con un orden y una profesionalidad en materia de administración y registros realmente intachable.

Acompaño algunos artículos de los periódicos de la época, si hasta en la sección de humor estábamos, como siempre diremos a lo largo de nuestra vida, “te acordás hermano que buenos tiempos aquellos”.