José Luis Balbo

Hace días atrás ocurrió un grave accidente que enlutó al automovilismo argentino, en el circuito de Rafaela perdieron la vida tanto el piloto como el acompañante en una competencia de TC Pista.
Creo desde hace tiempo no se toma conciencia de la potencia que llevan tanto estos autos, como los de TC, tienen un peso aproximado de 1.600 kg y llegan a velocidades de 270 kms./h, se los compara con los stock car americanos pero no tienen punto de comparación, si bien tecnológicamente están bien avanzados, son completamente distintos en cuanto a pesos, posición de manejo, etc.
Por otra parte empezó nuevamente la discusión eterna del acompañante, pienso que no tiene sentido seguir con esa tradición, porque viene de la época en que el TC se iba por rutas, por lo que servía como un navegante de rally, pero con la introducción de la categoría a circuitos solo persigue fines publicitarios.
Aparte me pareció lamentable la actitud de algunos espectadores, cuando los pilotos de TC se negaron a correr, parece que la vida no tiene valor para muchos y “el circo” tiene que seguir. Especialmente me acuerdo de una situación lamentable de “espectáculo” que dio la Fórmula 1 cuando tuvo el accidente Ayrton Senna, cuando se debería haber dada por finalizada la competencia.
Esperemos estas hechos lamentables sirvan para algo y quien corresponde tome las decisiones que corresponden para que todos podamos disfrutar de un espectáculo y no lamentar estas situaciones que así registraron las páginas de diarios.

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